“La versión digital del cuentacuentos”
Mucho se ha escrito y dicho
desde el pasado domingo sobre las elecciones del 26J. Quizás demasiado para
cosas que aún es difícil determinar su porqué. Sesudos analistas que igual
entienden del sobrepeso de Paquirrin, la cirugía de la Esteban o la pérdida de
votos de Unidos Podemos, buscan la explicación a tan extraño fenómeno. Pero lo
cierto es que una cosa ha llamado la atención sobre manera, tanto a Ciudadanos
como a Podemos, les llegan los votos de mismo modo que se les van. Quizás el
precio de ser emergentes sea la incapacidad de fidelizar votantes. Pero esa
nueva espontaneidad de hacer política ha significado que también los partidos
tradicionales tengan una convulsión significativa al no convencer ya sus
encorsetados mensajes. En esta nueva sociedad tecnológica de las prisas y los
mensajes efímeros, donde imperan los impactos simples que vacían de contenido
los discursos, donde el debate se reduce a un minuto de sentimentalismo, el
mensaje se reduce a un momento televisivo que cuenta cosas pero que nada dice;
una versión digital del cuentacuentos de toda la vida.
Pero si algo parece quedar
claro es que el sistema tiene que cambiarse, pero de verdad. No vale otra vez
culpar a la Ley electoral y que nada se haga por cambiarla. Las elecciones
planteadas como hasta ahora no son justas pues no obedece a la máxima de “una
persona, un voto”. Se incumple por tanto la regla de oro de la Democracia. Un
primer paso para cambiar el modelo podría ser la circunscripción única, esa donde
todos los votos tengan el mismo valor. Otro cambio que se antoja necesario es
prohibir el envío de papeletas electorales. Esa costosísima práctica, pagada a
escote por todos, condiciona el voto y secuestra la voluntad. El 26J cientos de
personas acudieron teledirigidas al colegio electoral, con las papeletas
preparadas en casa. Sobres y papeletas que les dan ventaja claramente a los
grandes partidos que son los que obtienen beneficios con esta práctica, con la
que se colapsa correos y se imprimen millones de papeletas que se sabe de
antemano que de nada servirán. Esto podría resolverse votando todos por correo,
como se hace en otros lugares del mundo, o implantando de una vez el voto
electrónico. Y lo peor de todo, es que los votos se destruyen haciendo
imposible cualquier auditoria en caso de denuncias o pucherazo.
Pero sobre todo es
necesario que en la escuela y en los medios de comunicación se enseñe que son
realmente unas elecciones. Son miles los ciudadanos que no saben cómo se vota.
Es lamentable y de vergüenza que en un País que se considera avanzado en todos
los sentidos, a día de hoy la mayoría de las personas con derecho a voto no
saben, por ejemplo, como se vota al senado, para que sirve, cuantas cruces se
han de hacer, si es que se ha de hacer alguna. No sabemos si esas personas que
van en las listas son al menos de la provincia por la que se presentan. Mucha
gente ignora que no votas al que sale en la tele, sino a personajes colocados
por partidos y que en la mayoría de los casos nada harán por defender a los que
les auparon a confortables y bien remunerados sillones. Y lo realmente malo de
todo esto es que encima nos culpan a los votantes del difícil panorama que se
les presenta para hacer gobierno, nos culpan de no haber entendido su mensaje,
de haber votado con miedo, cosa que sorprende despues de la situación vivida. Pero
la realidad es dura, con las papeletas aún calientes ya se nos da muestra de un
nuevo engaño: 8500 millones de la hucha de las pensiones como nuevo recorte.
Eso para que vayamos pensando en la vaselina.
Opino al contrario de Rajoy
que gobernar sea difícil siempre que se cuenta con los políticos adecuados. La empresa
complicada es encontrarlos. A Mariano, si es capaz, le hemos dado España, como
el Duque entrego Barataria a Sancho, a ver qué hace con Ella y con todos
nosotros, «Mirad amigo Sancho, respondió el
Duque, lo que puedo dar os doy, que es una Ínsula hecha y derecha, redonda y
bien proporcionada y sobremanera fértil y abundosa, donde si vos os sabéis dar
maña, podréis con las riquezas de la tierra granjear las del cielo»(Cap. XLII Libro II).
Salud amigos. #SoyMerindades
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