“Mirando al dedo cuando alguien apunta a la Luna”
El ministro de Industria,
Energía y Turismo, José Manuel Soria, no deja de acreditar su solidez
intelectual soltando joyitas dignas del club de la comedia. El año pasado en
una entrevista en el periódico Cinco Días nos dejó una de sus mejores
intervenciones afirmando: “hay países que están mirando al modelo de estándares
de España para intentar resolver el problema que también tienen con las
renovables”, a lo que la periodista pregunta, “¿Qué países?” a lo que replica
categórico, preciso y viniéndose arriba: “No lo sé aún”. Este es el principal
problema de este personaje, que aún sigue sin saberlo. No sabe que con cada
medida que va tomando en los años que lleva de ministro para supuestamente
eliminar el déficit de tarifa solo ha conseguido alejar la inversión por la
falta de credibilidad, arruinar a cientos de empresas de renovables y a miles
de pequeños inversores particulares. Aparte todo ello y según Eurostat (es como
el INE de la Unión Europea) en su informe de mayo de 2015, analiza la evolución
de precios de la electricidad (sin impuestos) para consumidores domésticos, en
comparación con el resto de países europeos, desde 2011 hasta 2014, por
semestres, demostrando que en España el precio
se ha incrementado en un 31% en esos 5 años, además de ser el 4º país de Europa
donde la gente paga más por la electricidad. (Fuente
http://appsso.eurostat.ec.europa.eu/nui/show.do?dataset=nrg_pc_204&lang=en).
No se le
puede poner un paraguas a todo aquel que quiera obtener energía del astro rey.
No se puede pretender que paguemos por algo que es de todos. Incluso el propio Don
Quijote recita unos versos para pedir ayuda al sol para que este ilumine los
pasos de gobierno de su amigo Sancho cuando tomo posesión como gobernador de
Barataria: «¡Oh perpetuo descubridor de los
antípodas, hacha del mundo, ojo del cielo, meneo dulce de las cantimploras,
Timbrio aquí, Febo allí, tirador acá, médico acullá, padre de la poesía,
inventor de la música, tú que siempre sales y, aunque lo parece, nunca te
pones! A ti digo, ¡oh sol, con cuya ayuda el hombre engendra al hombre!, a ti
digo que me favorezcas y alumbres la escuridad de mi ingenio, para que pueda
discurrir por sus puntos en la narración del gobierno del gran Sancho Panza,
que sin ti yo me siento tibio, desmazalado y confuso» (Cap. XLV Libro II). Salud.
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