"El canto del cisne"
Se nos acaba un mayo marceado y convulso en Las
Merindades. Un mes que quedará en nuestra memoria como ese mes donde la
realidad nos dio fuerte en el morro. Una realidad no deseada y angustiosa. La
llegada de un obsequio para estas tierras de aquellos que dicen gobernarnos y
cuidar de nuestra seguridad, nuestra salud, nuestro futuro; otro bondadoso regalo
envenenado: el fracking. La gran mentira de la riqueza para todos, de la
lotería del mañana. Aunque la realidad es bien distinta: el fracking no deja de ser el canto de cisne del gas.
La mayoría de los que habitan Las Merindades y casi todos
sus ayuntamientos han dicho no a la fractura hidráulica. Incluso el más
reticente de todos ellos lo hizo recientemente, al apoyar la mayoría del PP lo
que la oposición le había solicitado en tantas ocasiones. Resulta chocante utilizar
como argumento de su negativa a ZP y a su ministro Sebastián al autorizar el
fracking e indicar que el Gobierno de Rajoy ya se lo encontró en marcha. Pero
parecen no recordar que el mismo ministro y presidente firmaron el cierre de
Garoña y el PP ha revocado esa decisión. Ese Gobierno que ha cargado una tras
otra leyes y derechos sociales, recortando a todos menos a los poderosos. Ese es
el mismo que no querido revocar la implantación de la mentira del fracking. Nadie
puede repetir hasta el cansancio los mismos argumentos cuando sabe que no son
verdaderos. Aquellos que mienten con mala fe, que lo hacen tratándonos como objetos
de su voluntad, haciéndonos creer que somos nosotros los culpables y especulando
con beneficiarse de esa manipulación. Rectificar es de sabios, pero la
sabiduría se ha de utilizar para hacerlo a tiempo. Si la decisión en Villarcayo
se hubiera tomado cuando lo hicieron nuestros pueblos vecinos, hoy no estaríamos
luchando contra el desaliento. Hoy Las Merindades no estarían preocupadas y
desencantados con los que gobiernan. Hoy nadie dudaría que la declaración de
Villarcayo sea papel mojado y que no servirá para que se escuche la voz de la
comarca en el parlamente regional gritando Fracking NO, como ya se escuchó en
el Congreso de los Diputados.
Este que escribe siempre ha pedido que para con el
fracking las decisiones se basen en la prudencia, porque una de las partes de esa
prudencia es que lo que se puede hacer por bien, no se haga por mal. Porque
entiendo que la verdadera democracia es la del ciudadano, no la de los partidos
y sus hombres de pasillo alejados de la realidad que nos toca vivir y donde nos
han metido ineficaces vividores y sus amigotes. Se ha demostrado que el
fracking es peligroso para la salud por mucho que nos intenten convencer de lo
contrario, se sabe, y así lo ha dicho el Instituto Geográfico Nacional, que el
uso de este tipo de técnicas fue la causa de los recientes terremotos del Mediterráneo.
¿Nos podemos permitir terremotos en estas tierras estando a las puertas de la
reapertura de la central nuclear más vieja de España?
Las Merindades ahora sin el fracking y por habitante, es
la comarca que más energía produce de España, en todas sus formas. Somos
máximos exportadores de ese bien ahora insustituible. Y en cambio somos los
grandes perjudicados de todo. Pagamos el recibo de la luz igual que todos. Las
empresas que producen esa energía tributan fuera de estas tierras. No recibimos
subvenciones (tipo Reindus) que si les llegan a cercanas tierras sin gravámenes
nucleares. No tenemos ni un solo kilómetro de autovía. Tenemos una cobertura
telefónica deficiente y un ADSL de vergüenza. Existen pueblos que aún no tienen
TDT pues casi no llegó en su día la televisión. Recortados médicos o
enfermeras. Sin hospital ¿Y todo eso dicen que lo arreglará el fracking?¿que
traerá desarrollo técnico e industrial y puestos de trabajo? Ya, claro. Por eso
yo digo que la mejor manera que conozco de producir etanol es tomando unos
vinos o comiendo alubias.
Y como final os cuento que lo dicho son verdades y como
creo que puede pasarme lo que al narrador de El Quijote, os cito sus temores al
comienzo de la aventura «Donde se cuenta la
industria que Sancho tuvo para encantar a la señora Dulcinea, y de otros sucesos tan ridículos como
verdaderos. Pues andaba temeroso de que «…no había de
ser creído, porque las locuras de don Quijote llegaron aquí al término y raya
de las mayores que pueden imaginarse… y así concluyo como él lo hizo, diciendo: «la verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira,
como el aceite sobre el agua.”(Cap. X Libro II) Salud y #FrackingNO.
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