"D10S, el Messias y Paco el argentino"

Si, aunque parezca increíble para muchos le voy a dedicar unos renglones a Francisco. Y es que este hombre en cuatro días está haciendo bailar hasta a San Pedro. Resulta cuanto menos curioso que un servidor del Papa Negro, sea nombrado Papa Blanco con lo que ello puede significar, ya no solo en lo exterior, sino más bien en el interior de esta “organización”. Aunque no es de extrañar que eligieran a tal personaje pues la doctrina jesuita al fin y al cabo se basa en formar a líderes capaces de adaptarse al mundo cambiante y empiezan por aprender a dirigirse a sí mismos.
 
Vaya por delante y en mi modesta opinión que un Papa no deja de serlo por muchos guiños a la galería que realice. Las cosas de la Iglesia son así gracias a Dios y así seguirán, si Dios quiere. Pero el tinglado vaticanista requería un urgente lavado de cara. La pérdida millonaria de fieles, la falta de vocaciones, la pérdida de influencia mediadora en conflictos internacionales, los escándalos de todo tipo o la inflexibilidad en algunos asuntos puede que les hayan puesto en una posición de rancia institución, mientras sus competidores se han sabido adaptar a los nuevos tiempos, aumentando de esta manera tanto en fieles como en recaudación, pues al fin y al cabo se trata de mantener el tinglado y para eso se necesita pasta y obreros. Ahora eso sí, los argentinos ya tienen su Santísima Trinidad: el Padre D10S Maradona, el Hijo llamado Messias, el Espíritu Santo hecho hombre, Francisco I.
 
Y por eso que en Semana Santa me dé por escribir de estas cosas ya que siempre he pensado que esta semana era algo distinta, sin ir más lejos el año pasado hablaba de los Viernes de Dolores del Gobierno. Siempre pensé que estos días para los fieles y creyentes se predicaba el recogimiento, la meditación, la comunicación interior y de todo eso la verdad nada me cuadra con los espectáculos mediáticos de estos días. Mirándolo desde el prisma del que no practica de estos eventos, pero practica el respecto a los que lo hacen, no puedo evitar sentir cierta perplejidad a lo que ahora llaman Semana Santa televisiva. Otros años no puedo decirlo pero este año me he fijado y la verdad es para mirárselo. En cualquier rincón de España muchas personas como hace 40 días se disfrazan de romanos. Otras se visten de riguroso luto, se calzan la peineta, la mantilla y el collar de perlas dando la sensación de aquella España en blanco y negro que ya creía olvidada. Personajes que desfilan en silencio por los mismos lugares que alborozados desfilaron el mes pasado. En muchos casos las procesiones se convierten en algún tipo de verbena, donde salen saeteros hasta en el Ampurdá, (que no que no, que todo el mundo no sabe cantar saetas) y la gente detrás de la valla aplaude gustosa el espectáculo. Sí, y digo espectáculo, pues así lo llamó el viernes una aguerrida reportera televisiva que relataba cuan partido de futbol la salida de un paso de una iglesia de Ávila, y es que las estrecheces de la puerta hacían difícil el avance de los costaleros, que por cierto si son futbolistas salen hasta en el Marca. Y es que estos días se ha tenido televisión semana santera en directo a todas horas “informando” hasta del estornudo de un penitente. ¿Todo vale como ejercicio de Fé?.
 
Pero también en estos pocos días Paco el Papa ha realizado gestos que animan a la esperanza de muchos de sus seguidores. Primero que si la cruz de madera, luego el anillo o los zapatos viejos. Renuncia a vivir en su palacio o hace la misa del Jueves Santo en una cárcel donde lava los pies a una musulmana. Quizás muchos gestos seguidos para una institución tan dolomítica. ¿Será este el Papa Negro que dijo Nostradamus?. No creo, la verdad. Lo que si es cierto y por encima de las “escenificaciones o no” de Jorge Berglolio, al que llaman “el Papa de la primera vez”, es un tipo de los que las palabras no le queman en la boca y que tiene la difícil tarea de meter mano a la curia y esos no se andan con maneras y modos televisivos.
 
Tiene trabajo Francisco para solucionar la visión que de su Institución se tiene y que ya tenía el pueblo hace más de 400 años, cuando el narrador del Quijote describía de esta manera al eclesiástico que acompañaba a los Duques a la llegada a su palacio de Sancho y Quijote: «La duquesa y el duque salieron a la puerta de la sala a recebirle, y con ellos un grave eclesiástico destos que gobiernan las casas de los príncipes: destos que, como no nacen príncipes, no aciertan a enseñar cómo lo han de ser los que lo son; destos que quieren que la grandeza de los grandes se mida con la estrecheza de sus ánimos; destos que, queriendo mostrar a los que ellos gobiernan a ser limitados, les hacen ser miserables. Destos tales digo que debía de ser el grave religioso que con los duques salió a recebir a don Quijote». (Cap.31 Libro II).
 
Aún así, y ahora termino la plegaria, hago mía la nota aclaratoria que para cerrar su novela sobre la vida de Ignacio de Loyola, hacia el periodista Luis del Val: «creo que no me ha costado trabajo ser honesto, porque no tengo rencores especiales con la iglesia católica, ni servidumbres de obediencia», por eso escribo una vez más con otros ojos, juntando estas palabras que es como yo lo veo y os lo cuento. Salud.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“El hombre que salvo a un País variable”

“ la ingratitud es hija de la soberbia ”

“Bodas de lata”