"El hombre barcino"
Fácil lo tienes este mes, me comentaba hace unos días un
amigo para invitarme a escribir sobre lo que todos se imaginan. Es más, dada mi
mala costumbre de esperar hasta el último momento para escribir mis letanías
(para desesperación del director de este periódico), he tenido una vez más que
aparcar lo ya escrito y ponerme ya no al día, sino a la hora para juntar estas
letras.
Bárcenas, el hombre barcino, ese de pelo blanco y pardo
que como morlaco despreciado y acosado ha puesto al PP contra el burladero,
entre puyadas a nuestro País y en la arena de la desvergüenza a todos los
españoles. No deben ser mis palabras las que aquí manifiesten lo que todos
creemos y que creo, y eso si lo digo yo, ya no se trata de una cuestión
presunta, sino de una cosa más que cierta y a lo que han dicho ellos mismos me
remito: José Antonio Monago, Presidente del PP de Extremadura y de su comunidad
«hay un déficit político que me preocupa incluso
más que el económico y que hay que resolver». El concejal del PP de Gijón, Eduardo Junquera, dimite como edil y como
militante diciendo: «Me voy por motivos de salud, no
porque esté enfermo, sino para no ponerme enfermo por el caso Bárcenas. Estos
hechos, que de ser ciertos, y que parece que lo son, son la magnificación de la
desvergüenza, el descaro y el descrédito de nuestro partido». Otro concejal David Pasarin, en este caso de Galdakao, ha solicitado su baja temporal ante el desconcierto que le
supone este escándalo. Y seguro que vendrán más.
La verdad es que ha
Rajoy le están creciendo los enanos en su circo. Por si no tuviera bastante Pío
García Escudero, Presidente del Senado, ha reconocido públicamente un pago de
Bárcenas. También el juez decano de Madrid, José Luis González Armengol, y en
relación al pacto contra la corrupción con el PSOE, considera que «no hay necesidad de ningún tipo de pacto, lo que hace
falta es que la clase política facilite a la justicia cualquier dato sospechoso
o incriminatorio». En esa misma línea el
portavoz de Jueces para la Democracia ha manifestado que «hay materia para comenzar a investigar». Por si fuera poco, entre esas anotaciones consta un
apunte de mayo de 1999 de un pago de 21 millones de pesetas entre los
documentos que figuran en la instrucción del Gürtel sobre la contabilidad
oficial del PP de Galicia donde un informe policial indica que «El 48% de los actos del PP se financiaron con fondos de
la misma formación, y otra parte, 52% de los gastos se pagó en efectivo, con
notas de recibí sin factura y otros sin nota. No existen facturas formales de
dichos gastos y en el mejor de los casos hay notas de recibí. Se desconoce el
conjunto de los recursos con los que la formación política ha hecho frente a
ese conjunto de gastos». ¡Pero no se
vayan todavía que aún hay más!. Según otro reciente informe de la UDEF, la
ministra de sanidad Ana Mato habría recibido lujosos regalos de la trama Gürtel
e incluso le pudieron pagar alguna de sus fiestecitas privadas. La citada niega
la mayor.
Pero esta mañana de Las Candelas o de la marmota, Marianocho
Rajoy ha sonado hoy tan contundente y locuaz como cuando negó la congelación de
las pensiones, los recortes en sanidad y educación o la subida del IVA. Y es
que el que hablo fue el presidente del PP, y entiendo que en su partido algunos
le habrán creído y otros no. Pero, como presidente del Gobierno se ha escondido
detrás de sus siglas y no ha respondido a los españoles, por eso para mí, y
creo que para muchos no es creíble. Marianocho hoy ha vuelto a los argumentos
de los hilitos. No ha negado que cobrara dinero del partido, pero en A, claro,
el B no se declara. Ha indicado que no está en la política para ganar dinero y que
vino perdiéndolo. Y que solo se pretende desacreditarlos.
Pero cuando escuchas a su portavoz Alfonso Alonso decir «tenemos que volver a creer en la democracia», solo se me ocurre contestarle que en la Democracia
creemos, lo que no queremos es en vosotros. Creo sinceramente que ha llegado el
momento de acabar con este sistema clientelista. Creo que debemos unir nuestra
indignación y actuar de manera contundente enjuiciando a todos los políticos
corruptos. Ya se habrían producido dimisiones y condenas en cualquier otro lugar,
pero aquí no. Es mejor meter en la cárcel a una madre que para comprarle ropa y
alimento a su hijo paga 200€ con una tarjeta de crédito ajena, que entruyar a
ladrones de traje caro y corbata de cuyos delitos nadie les hace responsables.
Y de los que no hace falta dar nombres.
Por eso utilizo este fragmento del ridículo razonamiento
que pasó entre don Quijote, Sancho Panza y el bachiller Sansón Carrasco para
ilustrar lo que nos ha querido contar y lo que puede uno pensar de la epístola
mariana. «A escribir de otra suerte -dijo
don Quijote-, no fuera escribir verdades, sino mentiras, y los historiadores
que de mentiras se valen habían de ser quemados como los que hacen moneda
falsa; y no sé yo qué le movió al autor a valerse de novelas y cuentos ajenos,
habiendo tanto que escribir en los míos». (Cap.III Libro II). Salud.
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